El COVID-19 y su repercusión en mis prácticas educativas

  Lamentablemente nos ha tocado vivir una experiencia algo especial durante nuestro periodo práctico, una experiencia que ha paralizado todo el país y alterado el normal transcurso de todas la actividades, educativas y no educativas.

Representación del Covid-19 o Coronavirus
  Todo comenzó en China y lo veíamos desde la lejanía, como algo importante pero ajeno a nosotros, que nunca llegaría o que se controlaría a tiempo. Apenas se comentaba su repercusión en nuestro centro. Más tarde llegó a España, lejos aún, en Madrid, Barcelona o Valencia. Ya se hablaba más del tema, se trataba con cierto humor dentro de la seriedad que remitía, se hablaba de que iban a llegar las vacaciones antes de tiempo. Finalmente llegó a Andalucía, pero Granada aguantó hasta ser la última provincia andaluza afectada y no fue hasta 2 días antes de llegar oficialmente a nuestra ciudad cuando comenzaron los protocolos necesarios para su contención en el centro.

  Ya todos hablaban del mismo tema, el coronavirus. Los docentes se encontraban en periodo de evaluación y burocracia debido a la cercanía del fin de trimestre y este tema tensó más aun sus labores. Se temía al desconocimiento, a saber como se iba a gestionar la posible suspensión de clases, al futuro retorno y el recorte en los días de docencia.

  Por otro lado los alumnos también tenían muy presente la situación. Los más pequeños jugaban al coronavirus una versión alternativa del juego peste (un pilla-pilla), bromeaban cada vez que un compañero tosía, buscaban excusas para poder ir a lavarse las manos, etc.

  Las principales medidas tomadas en el centro fueron:
Jabón desinfectante

  • Suministrar a cada aula botes de jabón desinfectante.
  • Informar al alumnado sobre el coronavirus, sus síntomas, cómo se transmite y las medidas adecuadas para evitarlo (toser en el brazo, lavarse las manos o evitar el contacto físico).
  • Suspender las salidas escolares.
  • Evitar aglomeraciones de grupos, por ejemplo dejando un espacio de tiempo para que cada curso suba las escaleras sin agruparse varias clases a la vez.
  En mi aula el ambiente estaba dividido. Los alumnos actuaban con normalidad pero el nerviosismo era evidente en mi tutora, el protocolo para lavarse las manos le quitaba tiempo para llevar la clase con normalidad, las continuas visitas de otros docentes para comentar aspectos relacionados con la situación hacia que se ausentara más de lo normal del aula, su calendario y organización ya no tenía sentido.
Último día
  Por otro lado también nos vimos en la situación de suspender la Semana de la Ciencia que iba a realizarse la semana próxima, retirando todo el material preparado por nosotros mismos y convenciéndonos de que aun después de la suspensión de las clases difícilmente podría retomarse la actividad debido al escaso tiempo y apretado calendario que tendrían los alumnos y docentes.

  Finalmente llegó nuestro particular viernes 13, último día de clases y prácticas hasta nuevo aviso. Solo asistieron 9 de los 23 alumnos de mi clase.

Un triste hasta pronto que junto a mis compañeros esperamos que pase pronto, sin más malas noticias y que al menos nos sirva para aprender acerca de la unión y el compromiso social, la higiene personal y el valor de los pequeños detalles del día a día.
Asistencia del último día

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